Por Pablo Morera Rodríguez | CEO GESDRON | pablo.morera@gesdron.com
Si la expresión, “hay un antes y un después”, se puede aplicar con totales efectos, es en este caso.
La irrupción del coronavirus en nuestras vidas, va a provocar un escalón evolutivo en todos los ámbitos. Centramos este análisis en los efectos dentro del mundo empresarial y más concretamente en un segmento, que antes de la aparición de la pandemia, apuntaba a tomar el protagonismo en los próximos años, como es el mundo de los drones o de las aeronaves sin piloto abordo, en todos sus usos y formas de operar.
No cabe duda que, cualquier análisis que en estos momentos evalúe la situación futura de una actividad, deberá tener encuentra los efectos sociales y sanitarios que la Covid 19 va a provocar en los próximos años, efectos que, en estos momentos, desconocemos en su total dimensión. Por este motivo, aunque este análisis es meramente económico y tenga en cuenta estos efectos que repercutirán de forma global sobre los comportamientos y la realidad de nuestras vidas, los acontecimientos venideros pueden todavía producir cambios en las previsiones aquí efectuadas.
DONDE ESTABAMOS
La evolución de la industria en general dedicada a la fabricación, investigación y operación de drones estaba evolucionando a un ritmo constante, a la espera de la aplicación de la nueva legislación europea y con diferentes frentes normativos abiertos sobre todo en los EEUU como en Europa, con el borrador de la FAA sobre la REMOTE ID, y el desarrollo del U-Space y la UAM. Mientras tanto, surgían los numerosos ensayos, pruebas y aplicaciones de vanguardia, en numerosos lugares del globo, sobre todo en China donde las autorizaciones estatales ya permiten el uso de los drones para tareas logísticas y la comercialización de los denominados taxis aéreos.
Por lo tanto, las expectativas eran muy buenas, con la posibilidad de que en uno o dos años se pudieran utilizar los drones logísticos sobre las ciudades de Europa de una forma generalizada y con el desarrollo del concepto U-space que diera cobertura futura a la navegación de los taxis aéreos, que pudiera ser una realidad en 5-10 años.
En el aspecto de los vehículos (aeronaves), la situación estaba en plena ebullición con numerosos proyectos en diferentes fases de evolución, pero algunos de ellos ya a las puertas de su homologación, dentro del concepto de eVTOL con piloto a bordo.
Una industria joven y nueva como la de los drones,siempre sufre cambios en sus inicios, pero la situación era muy positiva, con grandes perspectivas de inversores que buscaban oportunidades de futuro, viables y de alta rentabilidad.
QUE HA CAMBIADO YA
El primer efecto es común, prácticamente a todas las actividades empresariales. Se ha producido un parón forzado empresarial general, con la salvedad de algún sector que está en estos momentos a plena actividad como lo son el sector sanitario y el de la alimentación y en gran medida el de transporte de mercancías. El “ecomerce” sigue activo, así como ciertos sectores de servicios empresariales.
La cuestión a analizar es si el parón de varias semanas por el confinamiento y cierre de la actividad empresarial no esencial puede reactivarse de forma más o menos rápida, con un decalaje de tiempo similar al del parón producido.
La respuesta no será la misma para todos los sectores empresariales y vamos a referirnos al sector que nos ocupa, el de las operaciones de los drones.
Aparentemente, los operadores de drones dedicados a trabajos aéreos reanudaran su actividad según sus clientes vayan igualmente recuperando la normalidad. Falta saber los efectos que el parón pudieran causar en los aspectos financieros de los operadores al tener que resistir sin ingresos un periodo donde ciertos gastos seguirán su curso especialmente los costes financieros y los fijos estructurales. Por lo tanto, la respuesta vendría por considerar que algún operador se verá abocado al cierre, dejando al sector con menos competencia y donde el corte de la selección se producirá según aquellos que tengan mayor o menor musculo financiero.
Otro grupo de empresas afectadas serán aquellas dedicadas a la consultoría e ingeniería aplicada al mundo de los drones. En este caso las perspectivas del cierre tienen que ver más con el campo concreto donde centren sus actividades y del tipo de cliente al que dediquen sus productos.
Los proyectos que estuvieran en marcha sufrirán unos efectos distintos dependiendo del grado de madurez y de la flexibilidad con que hayan constituido su gestión pues, a buen seguro,se deberán reconsiderar muchos de los parámetros de partida, sobre todo aquellos que dependan del factor tiempo. Las necesidades del mercado sufrirán cambios teniendo en cuenta que las prioridades y las nuevas condiciones de contorno, producirán alteraciones que pueden ser transitorias, pero que, en algún caso, se convertirán en una nueva constante duradera.
Una cuestión importante es lo referente a la normativa aplicada a la operación de drones que, en estos momentos, una vez publicado el REGLAMENTO DELEGADO (UE) 2019/945 DE LA COMISIÓN de 12 de marzo de 2019 y el REGLAMENTO DE EJECUCIÓN (UE) 2019/947 DE LA COMISIÓN de 24 de mayo de 2019, estamos pendientes de su aplicación, que entraría a aplicarse, en su mayor parte, el 1 de julio del presente año 2020, y que es posible sufra algún tipo de suspensión o demora por los efectos de la Covid-19.
Esta situación es muy preocupante para todo el sector, pues a los efectos desastrosos del parón actual y sus efectos en las empresas, habría que añadir un periodo de incertidumbre sin que se sepa cómo ni cuándo se va a operar en un sector súper-controlado donde las decisiones empresariales dependen de la normativa a aplicar.
ACELERELACIÓN O PARÓN DEL SECTOR
Algunos expertos en los EEUU, cuando han analizado la situación, vislumbran una oportunidad para que se aceleren los procesos de toma de decisiones a nivel normativo, que ayuden a que se traslade a la sociedad los beneficios del uso de los drones, pero hay también otras voces que indican que en ningún caso se debe poner en riesgo la seguridad, cuestión ésta que debe prevalecer por encima de cualquier otra consideración. En el caso europeo la situación puede ser todavía más compleja al existir una amalgama de países con diferentes posturas y prioridades.
La cuestión es preguntarse cuál es el grado de riesgo de utilizar drones en el entorno urbano, en comparación con los problemas que se pueden mitigar con su uso. La seguridad es ciertamente lo más importante, pero en estos momentos estamos en un contexto donde las prioridades están trastocando el orden de la forma de comportarnos socialmente. Y esta nueva situación tiene de alguna forma que afectar a como evaluamos la operación de los drones y como pueden ser utilizados para aliviar la crisis de la Covid-19. Es ciertamente una responsabilidad de los legisladores, pero también una obligación del sector presionar para que nuestra actividad no pase a ser un sueño a posponer en el tiempo.
Un sector como este, terriblemente atomizado en toda la cadena de valor, sin un mercado claro, ni maduro, sin normativa y sin perspectivas claras a qué atenerse, esta situación actual puede ser dramática.
Si el cierre de empresas, la mayoría pequeñas, puede tener un efecto desastroso, lo será más la perdida de la capacidad creadora, de innovación y de ilusión que muchos profesionales y pequeños emprendedores han puesto en este sector, para que el uso de los drones aporte a la sociedad soluciones viables. En resumen, estamos en un momento en el que tenemos dos posibilidades, o damos un impulso, un salto real hacia la consolidación de este sector, o aceptamos un parón que a buen seguro nos retrasará años en la puesta en marcha de un sector dinámico y útil para la sociedad.
Pero no cabe duda que esta crisis nos ha trastocado la lista de prioridades en muchos sentidos. En el sector de los drones también. Si analizamos la aportación de los drones en los países más sensibles a su utilización, comprobamos dos actividades que están capturando casi el 100% de las aplicaciones de los drones en este periodo de pandemia. Por una parte, el uso de drones para las tareas de desinfección y por otra el uso de drones para el transporte de productos sanitarios. Como vemos ambas tareas son logísticas y queda en segundo plano las actividades relacionadas con el transporte de personas, lo que se viene denominado los taxis aéreos.
En la próxima entrega analizaremos estos dos ejemplos de dinamismo empresarial durante la pandemia del coronavirus.